Mi navidad paso como la chica de rojo que me sonrio recien en el 59 camino a casa.
Despues, la tapo un mar de gente ansiosa como yo mientras viajaba. Y aunque me acompaño en su mistica hasta mi destino, cuando llegue, ella se volvio nada y desaparecio.
Me hubiese gustado escribir o escribirle algo, porque me alegro el dia, porque brillaba entre la multitud agolpada.
Es por eso que siempre llevo lapicera, y hoy me falto. El destino (si existe) tiene una curiosa manera de ser sarcastico.
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